sábado, 26 de abril de 2008

Después de un tiempo



Sí, prometí tener listo el post definitivo acerca de Montevideo ya hace un tiempo. Lo que pasa que en el medio me fui a Caracas a trabajar como un descosido durante un mes y pico ( ya lo pondré en su momento todo lo relacionado con este viaje aquí) y se me olvidó lo que era la disciplina para escribir este preciado blog y poder mostrarles un poco más de mi divertida vida ( si, es divertida y muy movida y nada aburrida aunque yo me la paso quejándome de todo)



Estaba en Buenos Aires y me tomé el barco hacia Uruguay a través del río marrón que de color plata no tiene nada. Me recordé de la película "El lado oscuro del corazón" donde el protagonista viajaba en cargueros desde Bs As a Montevideo para visitar a sus amigos poetas y a la prostituta de la que se enamoró. Lo mío no fue tan cinematográfico y después de una travesía cómoda se llega a Colonia, y allí tomas un autobús hasta Montevideo. En las tres horas de travesía, que fue rodada por una carretera angosta, siempre tuve la sensación de estar en el medio de una latinoamérica uniforme, ese paisaje de la provincia que se me repite continuamente cuando salgo de las ciudades grandes del continente:una mezcla de abandono, de paz, de desidia, de sosiego, de acostarse a las 8 de la noche, de ver la tele, y de que definitivamente, en apariencia, por allí no pasa nada.
Montevideo es una ciudad melancólica, milongera, llorona. Anclada en un color gris cool que transmite inocencia. Parece raro que allí sucedan cosas, de cualquier índole. Es como una ciudad fantasma.
Bien llevado por Martín Sastre ( www.martinsastre.com ) un artista increíble que utiliza el humor negro y el blanco y el amarillo para reflejar esa esencia montevideana que raramente creo que pueda entender alguien que no sea de allí.
Pues bien, Martín me dio una serie de recomendaciones para visitar y ver la ciudad desde su punto de vista es mejor que a través de cualquier otra guía posible.

Esta es su travel-personal-guide:

Hola Luis
Aquí va una lista de lugares

- Castillo Pitamiglio
La obra final de un alquimista - Humberto Pitamiglio - que construyó un castillo surreal, dicen, es un mapa de la obra alquímica, escaleras que suben y bajan al mismo lugar, puertas que dan a muros, torreones laberínticos... y donde hicimos que apareciera Diana de Gales en una ficción que hice. Eso queda en la rambla Mahatma Ghandi en Punta Carretas







-El Prado, el rosedal y la fuente del Hotel del Prado
Los zares de rusia tenían una casa ahí, proyecto de la europa americana que nunca fué. Súper interesante.









-El Palacio Salvo
En el centro, según Le Corbousier el edificio mas horrible del Mundo, para mi fascinante.





-La rambla y el Parque Rodó
Un parque que da al mar con juegos electrónicos de película de terror.







-La torre de las telecomunicaciones
Tokyo? no, Montevideo.





-Amouk
El centro del trash montevideano, gente con algún que otro antidepresivo arriba que se queda bebiendo y bailando hasta las 10 de la mañana. En la calle canelones casi ciudadela.

-La playa de Pocitos
re linda! y re pija!



-Carrasco
El barrio ideal, o por lo menos así lo planearon.



-Punta Gorda
La mejor vista de Montevideo

-El pub Lautreamont en la azotea del Hotel Plaza Fuerte
Gran vista también en la ciudad vieja y homenaje al Montevideano mas Montevideano del Mundo Isiodre Ducasse, padre del surrealismo.

-La casa de mi abuela mas conocida como Lalaland
Surrealimos varios en el centro de la ciudad, si te interesa te paso el contacto.
Por lo demás Museos, centros culturales, etc eso lo encuentras en todas las guías y páginas de turismo.
Pero como te dije Montevideo es sobre los detalles escondidos, en todos los lugares que te digo encontrarás muchos.
Buen viaje y cuantame cómo te fue!
Abrazo,
Martín.-


No pude ir a todo lo que Martín me recomendó aunque solo me faltarían dos sitios. En tres días, lluviosos a rabiar ( cosa que me fascinó por las noches, a través de la ventana del hotel sentir el batir del viento y el agua cayendo sobre el pavimento iluminado por farolas viejas y amarillentas me trajo muchísima paz) hice muchas fotos y tuve la satisfactoria sensación de haber hecho un trabajo maravilloso, disfrutando cada minuto de mi tiempo allí. Conociendo a personas sacadas de cuentos de Borges o Benedetti, como el caso de Raúl Ferreiro, dueño de la libería "El Aleph" que un domingo a las 10 de la noche llevaba gafas de sol y me invitaba a pasar a su guarida repleta de libros para hablar de poesía y de literatura y del sentir montevideano que estaba por conocer. Y es que cuando lo vi allí, en la puerta, en la calle desierta a esa hora de la noche, me pregunté ¿de dónde salió este loco? y él, casi leyéndome el pensamiento me dijo "hola soy Raúl, un "rayado" que abre su librería para "rayados" como vos"



Caminé por las calles del centro después de escuchar sus historias, disfrutando de la noche, apacible, gozando de la soledad de las sombras de las farolas, me senté en parques como salidos de canciones sicodélicas, vi la luz de la luna bañar el mar que se batía frente al malecón, estaba como perdido en una ciudad que lleva tiempo perdida, pero serena. La ciudad de noche me dijo siempre mucho más que por el día.



Quizá este trabajo se publique en alguna revista (de hecho es para publicación española pero aún espero un veredicto subjetivo), solo si editores con conciencia y buen criterio entienden que un viaje no es solo cuestión de clima atmosférico.

Montevideo, marzo 2008