martes, 28 de abril de 2009

Boris Izaguirre 2009



Fue en Madrid, hace un par de semanas. Pongo toda la entrevista, sin las ediciones de Todo en Domingo.

Entrevistar a Boris Izaguirre se ha convertido en una rutina agradable a lo largo de estos ultimos 5 años. Desde que publicara “Fetiche” he estado allí para ver sus cambios y disfrutar de sus aseveraciones. Boris nada todos los estilos en el mar de la España “criseada” con gran soltura: no hay muescas aparentes negativas en su espíritu de buen gusto, de su “saber estar” y de su locuacidad que hace que cada palabra suya parezca una sentencia que cualquiera podría tomar prestada para su vida. Y el éxito ha estado pues, como aureola brillante, pegado a su cabeza desde que se autoexiliara de nuestra querida república hace ya bastantes años como para recordarlo. Después de haber sido finalista del premio Planeta el año pasado y de haber sido mega-leído en toda América y España, vuelve con una novela inspirada en la Cuba precastrista. Una historia de dos amigos que hacen la revolución cada uno a su manera, uno se convertirá en el creador de la gran telenovela de toda latinoamérica y el otro participa en la revolución de Castro. Con estos ingredientes explosivos, Boris vuelve a la carga bajo el manto de la depresión de los sistemas mundiales, y sin una sola herida profunda que lo martirize.

Luego del premio, ¿te enfrentaste al dilema de si podías ser consecuente con tu carrera de escritor?. Sobretodo, porque paralelamente llevas una vida de Showman que no deja de ir a las fiestas. ¿Cómo has llevado esa aparente dualidad?

Mi última novela es muy densa con unas vidas muy traumáticas y necesitaba que mi vida fuera lo más luminosa, divertida y gregaria possible.No le iba a decir que no a ninguna fiesta.
El año pasado fue el ultimo año de las fiestas en España y en el mundo, hoy es todo más restringido, menos público, la gente que tiene dinero no quieren que se sepa que lo tienen, la situación actual ha hecho que todo cambia de protocilo, son más mediocres. Me recuerda a las fistas de los 80 en Caracas, donde daban jugo de naranja con un poquito de ginebra barata.
Y fui a todas las fiestas a las que me invitaron porque sabía que serían las últimas. Y porque muy probablemente esté mi próxima novela en todas esas fiestas a las que fui.
Se me ha considerado el finalista histórico en el premio planeta, ya que “Villa Diamante” fue muy leída. Yo no solté el pie del acelerador, ya estaba gestando ésta al estar finalizando aquella. Y en esta última novela he querido mantener la sorpresa que el lector espera.
Y sin duda la television y yo, hemos tenido una relación maravillosa, las veces que la he rechazado por recomendación de mis amigos, los cuales han estado siempre equivocados, fueron grandes catastrofes, si yo no hiubiese escrito telenovelas no estuviera aquí hablando contigo.
Si no hubiese sido personaje de la tele no hubiese logrado la libertad que tengo ahora para seguir escribiendo.
No creo en la felicidad ni en la esparanza, son verdades que no existen, la paz tampoco existe, es un aburrimiento, es como dormir, que está sobrevalorado, dormir 5 horas ya es demasiado.
La fidelidad es igual, está sobrevalorada.

“Yo creo que nunca nadie ha encontrado el paraíso, porque el paraíso está basado en mentiras” Es el epígrafe que elegiste para empezar esta novela. ¿Cómo haces para no caer en la depresión en los actuales momentos?

Soy el ultimo que debe sentir tal sensación: estreno un programa con Mercedes Milá y Javier Sardá en pocas semanas, sigo escribiendo de lo que me gusta y estoy publicando una nueva novela, ¿ cuál depresión? Aunque si es verdad que estoy más escéptico que hace un año por ejemplo, pero tiene que ver con la alopecia, todo es profundamente relativo, perder el pelo me mantiene en un cordial territorio irónico, que creo será como la menopausia masculina. Pienso igual que el escepticismo es necesario para escribir porque si no te conviertes en un escritor o en un intelectual de tu tiempo acomodaticio, te vuelves del sistema, cosa que está muy de moda en la revolución bolivariana.



¿Cómo es la Cuba de Boris teniendo en cuenta que nunca has estado en la isla?

La vi en varios sitios, incluso pude olerla. Me ayudó mucho Pedro Almodóvar quien me dijo que La Habana tiene un olor único y le dije: es un olor a limón y a pino, un árbol que no existe en la isla y Pedro me dijo “si, ese es el olor”
La Habana y Cuba con solo nombrarlas provocan una enorme fascinación, como muchos otros lugares del mundo. En Estambul, donde estuve escribiendo esta novela me pasó algo curioso: vi La Habana en los tejados de la ciudad, con la gente caminando y los gatos merodeando. Esta es una novela construida por sensaciones de muchas épocas de mi vida. Para mis padres, en los años sesenta, la revolución de Castro fue “la revolución”, algo que significaba una ilusión, una esperanza y en cierta forma, un paraíso. Y poco a poco fue desvaneciéndose. Cuando tenía 15 años recuerdo el episodio de los “marielitos” y evidentemente me pregunté que algo raro estaba pasando allí como para que el gobierno dejara ir a 125.000 personas y luego en los años 90 lo que fue el “periodo especial” una cosa que fue mucho más grave que el embargo mismo que la isla vive desde hace 40 años. Entonces, todo esta ideología que al principio parecía la utopia perfecta, se ha ido quebrando en todos los sentidos.
Si bien es cierto, éste acercamiento entre Cuba y Venezuela ha hecho que el gobierno cubano vuelva a tener una dependencia energética que ha alzado de nuevo solo la ideología, pero que al final es un engaño y lo he visto a través de mis padres que cada vez que han viajado a Cuba, regresan muchos mas consternados, decepcionados y traicionados. No me interesa conocer Cuba porque no quiero decepcionarme como lo hicieron ellos, y tampoco deseo ir a Cuba como lo hacen los europeos que han hecho del sexo y al pobreza algo turístico, es repugnante.



Acerca de la telenovela: ¿Qué códigos universales tienen -en general y en particular la venezolana, que permiten que la gente de Ucrania o Venezuela conecten con ellas?

El sentimiento, sin dudas. La telenovela es el único sitio donde todo es posible y donde todo es tratado sin ningún tipo de pudor. Félix Caignet escritor de “ El derecho de nacer” y en quien está ispirado el personaje principal de mi novela decía que en cada capítulo tenía que arrancar una lágrima al espectador, porque llorando se cree alcanzar la verdad. En la vida real los politicos y algunos intelectuales tienen grandes conflictos con el sentimiento, hurgan en los mas íntimo de la gente. La telenovela ha llegado mucho más rápido y mucho más lejos que cualquier revolución ideologica. “El derecho de nacer “se emitió durante toda la dictadura de Batista y cuando es derrocado durante los 20 días gloriosos de enero del 59 de la revolución castrista se siguió emitiendo y se ha reposicionado cientos de veces hasta la fecha. Con esto te quiero decir que la telenovela es más potente que el propio cambio que sucedió en Cuba, ha sido inamovible y solo ahora, después de 50 años de haberse gestado esa revolución es que yo decidí escribir este libro.



¿Que telenovela harías en Venezuela y cómo se llamaría?

No me atrevería a hacer ninguna. Venezuela es en si misma una grandiosa telenovela, nada nunca es tranquilo, es el país más histérico que conozco después de los Estados Unidos. Todo es como una impresionante complicación para todo, hasta para caminar por la calle para ir simplemente al cine. Y si le tuviera que poner un nombre sería “Caracas”: es un nombre perfecto para una telenovela.

Cual es el final perfecto para esa telenovela

Ninguno, las telenovelas tienen que ser eternas.



Me confieso

¿Qué se lleva de los hoteles? Mi esposo Rubén se lleva las toallas
¿Ve telenovelas? Si, por supuesto, pero desde hace tiempo no me quedo sentado viendo un capítulo entero de cualquiera
¿Quién lleva las cuentas en su casa? Entre los dos
¿Quién le hace la maleta? Yo, no he logrado que Rubén me la haga.
¿Su comida culposa? Los helados, mi primera adicción

¿Qué se siente?

Verse en television, Antes lo hacía, pero ahora ya no me veo
Que hablen mal de usted, no siento nada, si es un insulto en la calle, si respondo
Ser escritor, una rarísima paz interior que es como una angustia, como una gran resaca como la que el mundo entero está viviendo
Ser famoso, es una disciplina
Mirar atrás, hubiese querido ser escritor de manera lineal, pero la television vino a mi y hubo un desvío pero al final todo conducía hasta el día de hoy

Placeres esenciales

El placer vergonzoso, la canción de los Pet Shop boys sobre la relación de Kate Moss y Pete Doherty.
El placer de la infancia, ir a las primeras comuniones, nunca he tenido una porque no soy creyente
El placer sencillo, ponerme calcetines nuevos
El recién descubierto, sumergirme en agua fría
El placer raro, todo lo que es referente a mi sexualidad
El placer culposo, comer y estar a dieta
El placer solitario, el que conocemos todos, es imbatible…