sábado, 11 de junio de 2011

I Was There ( el inicio)


Quito-Madrid-La Coruña

A finales del año 2001 una serie de eventos afotunados y desafortunados me llevaron Nueva York, un mes después de la caída de las torres gemelas. Allí hice el primer reportaje de una serie que se repitió en un par de ocasiones más, siempre enfocado en la huella que todavía está humeante de alguien o de algo, incluso de sensaciones. Fue en ese momento donde empezaba a ser un fotógrafo freelance, sin quererlo, sin planificarlo, y donde también nacía I Was There.

En el año 2002, siempre por razones laborales que eran muy personales, empecé a viajar bastante. Lo que siempre había soñado se hacía realidad. La cámara, mi apreciada Hasselblad, estuvo ( y está) conmigo dándome la posibilidad de hacer las fotos que me gustan, las únicas con las que me defino, no como fotógrafo, sino como persona, ¿cómo es esa definición? Ahora mismo no tengo ni idea.

En las muchas horas de soledad de esos viajes se germinó una forma de observar a través del lente de 80mm de la Hassel. Una sensación que ha ido madurando maravillosamente a lo largo de estos casi 10 años. Una pensamiento obvio y sencillo: estuve allí. Para contarlo, para vivirlo. Cada foto representa una sensación diferente, el recuerdo de un sentimiento ( feliz y triste), de un olor, de una canción, del ocio, del cansancio, del insomnio, de horas y horas conmigo mismo. Cada foto me lleva de inmediato a eso que viví. No es una filosofía de vida, es un estado de ánimo, soy yo.
En el 2004 hice en el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Ímber de Caracas ( así aún se llamaba en esa época) la que hasta ahora es mi última exposición individual, comisariada por José Antonio Navarrete. Y hoy, todas mis fotografías son I Was There.
El nombre surgió cuando debí ponerle una etiqueta a cada foto que hacía, I Was There 1, 2, 3, 4, 5……y se quedó así.

Acompañan estos textos las primeras fotos de esa serie. Ahora hay decenas de etapas.

Este es el texto que escribió José Antonio Navarrete para la exposición.

Más allá de la letra

En su título, I Was There, se postula como una suerte de itinerario personal de viaje. Aunque refuerza esta proposición la inclusión en las leyendas de las obras de los lugares donde las imágenes fueron hechas, el disminuido potencial de referencia de los signos incluidos en la mayoría de ellas y las soluciones organizativas a modo de dípticos y trípticos adoptadas por el autor, establecen límites considerables a la operatividad de este postulado.


Caracas-Cuenca ( Ecuador)

Puede que en las tensiones manifiestas entre ambos órdenes discursivos: el verbal-de carácter designativo fuerte-y el visual-de alusión débil-se localice para el espectador una zona fértil de significados en la lectura del presente trabajo de Luis Cobelo.
Cuando aquí se habla de debilidad referencial en estas imágenes se toma en cuenta, entre otras cosas, la visión poco explícita o escasamente argumental del objeto que ellas registran. Una lista de adjetivos-ante la cual el pudor debería rendirsepor su sobreuso en la cítica artística contemporánea-podría añadirse para determinar con mayor exactitud los rasgos específicos de esta visión: fragmentaria, indeterminada, fugaz, desvanecedora, independientemente del variable peso de uno u otro que es posible hallar en las distintas fotografías.


Granada-Bilbao

En ellas no son importantes las huellas identificables de Madrid, Londres o Quito. La precisión geográfica que anuncian tiene lugar sólo en el ámbito del discurso escrito, pues son portadoras de signos fácil y mutuamente intercambiables. Esto no impide abordar el trabajo de Cobelo como un hecho autobiográfico; pero podría ser mejor explorar su condición de ensayo articulador de una percepción del mundo que el espectador contemporáneo también puede reconocer como suya.


Orense-Autopista A-6

La unión de las imágenes en dípticos y trípticos, que obligan a establecer relaciones entre las incluidas en cada obra, enfatiza no sólo la carencia de marcas singulares en los escenarios fotografiados, sino también la última orientación de lectura arriba enunciada. Si el arte de comienzos de este siglo parece distanciarse de la obsesión por la autobiografía dramatizada que caracterizó a una amplia parcela de la práctica artística durente el decurso de las dos pasadas décadas, I Was There-aunque contaminada por ésta-disuelve sus contenidos duros, apostando por una vivencia individual extensivamente compartida.


Este es el texto que se hizo para la revista venezolana de fotografía Extra Cámara el cual publicó el portafolio de I Was There, la primera etapa.

I Was There, de Luis Cobelo, por Thelma Carvallo

Como una bitácora de los nuevos tiempos, el trabajo de Cobelo incide en narrativas extraídas de lo cotidiano. Aquellos espacios residuales, escindidos entre la globalización y el materialismo, son los puntos de focalización del artista. Estas escenas que la contemporaneidad ha atrapado a través de otros creadores, cuya herramienta de trabajo es la cámara fotográfica, nos conducen hacia el término nomadismo, término vinculado a las experiencias trashumantes no sólo del modo operativo de los artistas, sino de una manera de pensar y de afrontar el caos inmediato en nuestra época.


Barcelona-Santiago de Compostela

Los registros de Cobelo, en su serie I Was There, no demarcan ni limitan la espacialidad, más bien plantean el clima de la itinerancia, para detenerse en los recodos perdidos de las grandes urbes, por un lado, y también en aquellos espacios íntimos del entorno privado.
Pareciera que su intención está orientada a registrar espacios reales como si fueran virtuales, a propiciar una memoria fragmentaria, autobiográfica o no, que desmantela toda imagen prefabricada y referencial de los lugares del mundo circundante y del mundo personal.


Oporto-Madrid


Riviera Maya-Océano Atlántico

Cobelo elabora un diario de viaje que reúne “todos los lugares” y espacios cotidianos que se mimetizan con la ciudad, abriendo el diálogo entre ciudad y hábitat personales, a través de la arquitectura y el diseño, en registros de fuertes contrastes. Encuentro tal vez ciertas coincidencias con la fotografía de Jorge Heredia (Lima, 1958), cuya atención se dirige hacia los espacios urbanos sin referentes y la reelaboración de una lectura reflexiva; sin embargo, Luis Cobelo no pareciera querer atenuar la realidad con poesía, no manifiesta el interés poético de Heredia, sino más bien, deja ver entre sombras y luces la espacialidad del desarraigo, tan vinculada a las crisis económicas mundiales.


Madrid-Océano Atlántico


Sevilla-Londres-Lisboa
Desde sus gestos y personajes de 1998 con la serie Dormidos, Cobelo ha ido desmaterializando el objetivo de sus registros y ya no nos presenta enunciados ni argumentos; mucho menos narrativas; al contrario, pacientemente suscita una reconstrucción de escenarios, la mayoría de los casos ambivalentes, cargados de ironía, que ponen de manifiesto ciertos apuntes del desasosiego y la soledad: “Ya no es el sujeto el que representa al mundo, es el objeto el que refracta al sujeto y sutilmente, a través de los medios, a través de la tecnología, le impone su presencia, su forma aleatoria”1.

Su mirada certera sobre la accidentalidad callejera no pretende condenar ningún suceso contemporáneo, sino que nos remite a aquella memoria colectiva a la que estamos vinculados inevitablemente por la dinámica de la época. Sus imágenes lejos de glorificar los espacios, nos llevan a la reflexión sobre la homogeneización de la visión territorial, producto del acelerado crecimiento económico y demográfico del mundo. Insisto en que la mirada de Cobelo nos presenta “todos los lugares” en uno, como síntoma y consecuencia de la enajenación visual del espectador. Por otro lado, sus registros se vinculan climáticamente con el cine, al producir fragmentos narrativos o “ediciones” de relatos urbanos, cortes que parecieran inquietarnos por su indefinición y pulsación vital.


Buenos Aires-Lisboa


Buenos Aires-Sevilla-Barquisimeto

La construcción de sus imágenes tiene también resonancias de la pintura norteamericana de la pre-guerra, directamente de la obra de Edward Hopper, quien articuló el espacio psicológico y el territorial en la máxima expresión de la desilusión (aún vigente) de un tiempo histórico.

Esta perspectiva se palpa en aquellas situaciones de calles solitarias, registradas en contraste y donde la ausencia del sujeto, la sola imagen de sus huellas, nos traducen los efectos traumáticos y descollantes de las caídas, estéticas, económicas y culturales de nuestra sociedad.

1 Baudrillard, Jean. “La ilusión y la desilusión estéticas”. En: La ilusión y la desilusión estéticas. Caracas: Monte Ávila Editores/Sala Mendoza, 1998, p. 24.

Este texto lo escribí para presentar la serie en el año 2003.

I Was There-Luis Cobelo

En este trabajo pretendo exorcizar aquellas imágenes que durante años me han perseguido y que ahora, sin ninguna preparación previa fluyen invadiendo mi espacio vital de forma positiva, resultando un descubrimiento maravilloso, un renacimiento de fotografías mil veces realizadas por otros; la exploración del entorno del individuo, que en mi caso se convierte en una honesta revisión-influencia de la fotografía de los últimos años.


Biarritz

Es un viaje interior a través de la superficie de la realidad inevitable, un viaje necesario hacia el yo posible. Son ciudades del mundo, Londres, Caracas, Buenos Aires, Sevilla, Madrid, Lisboa, Quito, New York, ..., pero todas pueden ser el mismo sitio, no hay diferencia, no hay nada característico de cada ciudad, simplemente la imagen es lo que marca que por ese sitio alguna vez estuve. Puedo figurar el paso del cuerpo presente muerto o dormido a éste de espacio presente donde el cuerpo del deseo se ha levantado de la cama, como la foto del lecho vacío, la esquinas, las puertas que una luz transparenta......


Granada-Madrid-La Coruña


Lisboa-Oporto-Cancún

No es algo nuevo para la retina del que cree todo inventado, en un mundo plagado de nada original lo único real que resiste es la interior exploración sobre el lenguaje y las bases que afortunadamente otros dejan en nuestros espíritus
Son lugares por donde paso y no dejo mi nombre sino en ese yo de la visión que traducido al título en español tiene las dos vertientes copulativas: Yo era aquí o yo estuve aquí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ya te leído mucho.
...y lo seguiré haciendo.
d.-

Anónimo dijo...

felicitaciones. excelente blog! excelente autor :)