miércoles, 8 de diciembre de 2010
El inicio
Atlantic City. Octubre 2010.
Se levantó por la mañana muy temprano. En la cocina estaba Matilda, la señora de la limpieza que no se inmutó al verlo solo en calzoncillos, siempre acostumbrada a verlo desnudo desde que era pequeño. Sin pedirlo, Matilda le preparó unas tostadas con mantequilla y mermelada de frambuesa y un zumo de naranja recién exprimido en una máquina que J.J. odiaba por el ruido que hacía, pensó “ esa puta máquina ya no da para más”. Volvió a su habitación. Pasó al baño a defecar y tomó uno de los varios libros que estaban al lado del water, esta vez se interesó por un diccionario de sinónimos y antónimos y se preguntó qué diablos haría eso allí.
“Mi madre, siempre tan preocupada de que utilicemos las palabras justas para todo.” Se fumó un joint de marihuana mezclada con picadura de tabaco holandés que le había regalado Andrés y le molestó que no le supiera a como estaba habituado: sin mezclar, solo papel de bolsa marrón y saliva. Sin embargo, el efecto de la droga fue poderoso porque perdió la noción del tiempo que pasó en el retrete, y cuando se limpió e hizo el chequeo posterior de suciedad en el papel higiénico, su mierda estaba ya seca. "¿Cuánto tiempo habré estado aquí cagando?", no usaba reloj ni le interesaba particularmente la hora, y mucho menos ese día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario