Robert Smith vs Charly García

Se supone que un blog es para escribir cosas que te van pasando en la vida y tal.
Yo no tengo nada nuevo que contar por estos días, puedo ser aburrido ahora mismo para quien lo estime así. Bruno está con una tos de perro que por favor como nos pone nerviosos! llevo toda la mañana tratando de organizar un texto y lo dejo para mas adelante para trabajar con presión ( lo tengo que entregar hoy mismo a las 6 de la tarde y es mediodía y estoy crudito crudito, coño) , la semana que viene me voy a Caracas y debo dejar un montón de cosas listas porque hasta el 17 o 18 diciembre no regreso.
En fin, que ya compré las entradas para ver a The Cure el año que viene aquí en Madrid y espero que Robert Smith no se enferme o que a mi no me toque hacer un trabajo interesante de esos que la Ley de Murphy se encarga de ponerte en momentos así.
Por ejemplo, la última vez que The Cure estuvo aquí, tenía mis entraditas compradas y todo ( estaba en México y las compré por la red)
Al regresar a Madrid voy y me entero que el mismo día del concierto de Cure se va a presentar también Charly García. Enorme disyuntiva se me presenta entonces. ¿ ir a ver a The Cure por primera y tan soñada vez en Santiago de Compostela o quedarme en Madrid y ver a mi querido Charly por enésima vez que tenía tanto tiempo sin escucharlo?
Y decido quedarme a ver al flaco y le doy las entradas del concierto de Cure a una amiga que va y que las venda al mejor postor. El concierto de Charly fue en un lugar muy bueno que existe aquí que se llama Conde Duque, es decir, veranito nocturno chévere, al aire libre, buena visibilidad y algunas veces, buen sonido
Empezó tarde el concierto, sale Charly con la cocaína asomando por sus fosas nasales y empieza a llover, no importa, hace calor. No se escucha bien, el sonido es una cagada pero "Cerca de la revolución" me eriza la piel.
En las dos primeras canciones tuve la ingenua sensación de creer que iba a ser un concierto memorable, pero no, fue una cagada tras otra de Charly haciendo el imbécil con sus locuras y desvaríos variados. No terminaba las canciones, no las cantaba, se oía mal y para colmo, después de una horita escasa se va y termina el concierto. Nos quedamos otra hora como unos idiotas pidiéndo "otra, otra, otra" y sale, canta dos canciones mal cantadas y listo. Chau.
Lo más increíble es que a la salida oigo decir a unos amigos alucinados por las locuras de Charly, que fue un conciertazo impresionante. ¡Qué guevonada!
Me voy caminando a mi casa, triste, apesumbrado por ver a un Charly tan decadente, y mi amiga me llama desde Santiago de Compostela, y me pone el celular para que escuche una "Lullaby" que se oía fascinante. No espero a que termine la canción, ya tuve bastante.