miércoles, 18 de junio de 2008

Shanghai un año y medio después



Y volví al mismo templo del que hablaba en un post pasado. Volví al templo y pedí, y recé y recé y recé.
No he podido ver a nadie de las personas que el año pasado conocí, solo al querido Antonio.
Y me di cuenta que me gusta más Beijing porque Shanghai es cada minuto que pasa, menos habitable, más occidental y caótica, menos civilizada y antipática.
En fin, mañana regreso a Beijing. El viaje de venida a Shanghai en tren de 12 horas, en cabinas de 4 camas, son una maravilla, igual la vuelta me apetece bastante, ver por la ventana la fisionomía de un país me fascina.
Me queda mucho trabajo por hacer en Beijing, y sigo sin poder ver mi blog, solo creo que puedo postear.
chao

1 comentario:

pochogarcés dijo...

Chamo que especialmente interesante lo que cuentas. No solo por el hecho de que ahora eres parte, circunstancial, del mito del oriente del mundo, ni porque le debo una visita a ese lado, sino porque puedo notar cierto papel pergamino en tu lente, en el de tus ojos. Tienen tus letras un olorcito a nostalgia que me parece tan puro, como el olor del cafe de la manana, sabes?

Un abrazo pana!!!
me da orgullo conocerte.